Mitos sobre el Jamón Ibérico

23 Ago 2023

El jamón ibérico es una auténtica delicia, un alimento cuya calidad es tal que forma parte de nuestro patrimonio. Y no solo es su sabor y su aroma lo que le hacen tan importante (¡aunque también!), sino lo positivo que es su consumo para nuestra salud. El consumir de forma moderada jamón ibérico es beneficioso para nuestro organismo, principalmente por la cantidad de proteínas que trae consigo y por ser una fuente de grasas saludables. Sin duda, ¡un indispensable en tu alimentación! Pero son muchos los falsos mitos que corren sobre él, y que hoy venimos a desmentirte. ¡No te los pierdas!

mitos del jamón ibérico

Todo el Jamón Ibérico es igual

Uno de los falsos mitos más extendidos sobre el jamón ibérico es que todos los jamones de este estilo, absolutamente todos, tienen la misma calidad y los mismos valores nutricionales. ¡Y nada más lejos de la realidad! Hay diferentes categorías, así como variables que afectan de forma directa a la calidad de este producto. Por ejemplo, el jamón ibérico de bellota y el jamón ibérico de cebo varían en cuanto a la cantidad de grasa infiltrada.

Depende mucho de la raza del cerdo, de la alimentación que este haya llevado a lo largo de toda su vida y, además, del proceso de curación. Los más recomendables en cuanto a calidad suelen ser aquellos que, durante el periodo de montanera, se alimentan principalmente de bellotas. Porque los aportes nutricionales de estas frente al cebo son muy altos, propiciando la infiltración de grasa saludable en el jamón.

El jamón ibérico es muy salado

Si bien es cierto que el jamón ibérico se cura con sal, durante todo el proceso se tiene cuidado para que no haya un exceso de salinidad. Prueba de ello es que son lavados, y que durante toda la salinización se procura que la sal presente en la carne no supere la cantidad recomendada. De esta manera, lo que se consigue es una carne equilibrada en cuanto a sabores.

Antes de que llegue al mercado, todo esto se analiza para ver que se cumplen con las condiciones de calidad pautadas por ley. Así que las probabilidades de que te llegue un jamón más salado de lo estándar son ínfimas, sobre todo si acudes a comercios de calidad.

El jamón ibérico engorda

¿Engorda el jamón ibérico? ¿Es perjudicial la grasa que este trae consigo? ¡No, siempre y cuando lo consumas con moderación! Porque las grasas que tiene este alimento son casi todas insaturadas, que son de las más saludables que vas a hallar. La clave es, como siempre, no abusar. Esta es una base de la alimentación, independientemente del producto del que estemos hablando.

El jamón ibérico es extremadamente graso y no saludable

Aunque el jamón ibérico contiene una cantidad de grasa más alta que otros tipos de jamón, gran parte de esta grasa es ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada que se considera beneficiosa para la salud cardiovascular. Esta grasa tiene propiedades similares a las del aceite de oliva, y se ha asociado con la reducción del colesterol LDL, el conocido como colesterol «malo». Además, el jamón ibérico es una fuente de proteínas de alta calidad y contiene minerales esenciales como hierro, zinc y magnesio. Aunque es calórico, consumido con moderación y como parte de una dieta equilibrada, el jamón ibérico puede formar parte de una alimentación saludable.

El color de la grasa dice mucho acerca de su calidad

El color de la grasa del jamón puede indicarnos cuál ha sido su alimentación, más o menos, pero no es un indicador absoluto de calidad. Y es que la calidad real de este alimento no depende solo de su grasa, sino también de su raza, de la alimentación que haya seguido y, por supuesto, de todo el proceso de curación.

El color de la pata es Indicativo de la calidad

El color de la pezuña del jamón ibérico es un aspecto relevante, pero no es el único criterio para determinar la calidad del producto. Si bien se dice que una pezuña negra indica un jamón ibérico puro, la tonalidad puede variar y no es una garantía absoluta de calidad. Es importante considerar otras certificaciones, como la denominación de origen, que aseguran la autenticidad y calidad del jamón, incluyendo aspectos como la crianza del cerdo, el proceso de curación y la trazabilidad del producto. Además, aspectos como la grasa infiltrada, el aroma y la textura son igualmente importantes para evaluar la calidad del jamón ibérico.

Cuanto más oscuro, mejor es el jamón

El color del jamón ibérico no es un indicativo absoluto de su calidad. Aunque la tonalidad rojiza puede sugerir una maduración óptima, no es el único factor a considerar. La exposición a la luz, el tiempo de curación, y la oxidación natural influyen en el color. La grasa infiltrada y la intensidad del sabor también pueden variar sin afectar negativamente la calidad. Un color más claro no necesariamente implica un jamón de menor calidad, especialmente si se ajusta a las características de su categoría.

Si tiene puntos blancos no está en buen estado

¿Te has encontrado en alguna ocasión puntos blancos en tu jamón? En ese caso, seguro que mucha gente te ha dicho que este estaba malo, y que lo mejor que podías hacer era deshacerte de él. ¡Pues no corras! Porque es uno de los falsos mitos más extendidos, y te podría hacer perder bastante dinero.

En realidad, estos puntos blancos pueden ser cristales de tirosina. Este es un aminoácido que, con el tiempo, acaba por cristalizar. No solo son totalmente naturales, sino que en absoluto son negativos. No afectan a la calidad del jamón, ni a su sabor, ni a su aroma. En lugar de tirarlo, échale un vistazo: si estos puntos blancos no se mueven ni cambian, estás ante cristales de tirosina.

El jamón ibérico no caduca

Es cierto que la vida útil del jamón ibérico es muy, muy larga. Esto se debe, principalmente, a su proceso de curación, que hace que se degrade con mucha más lentitud. Tanto es así que podrás mantenerlo durante meses sin notar cambios ni en su sabor ni en su textura, siempre y cuando lo protejas del exterior de forma adecuada. No obstante, esto no significa que sea totalmente inmune a la degradación, puesto que continúa siendo un alimento.

Lo mejor es ver qué fecha de caducidad o de consumo preferente tiene, y consumirlo antes de que esta llegue. De otro modo, sí notarás que su sabor y su textura cambian, ¡y para mal!

Todos los cerdos ibéricos se alimentan de bellotas

No, no todos los cerdos ibéricos se alimentan de bellotas, y esto es algo que debes saber desde el principio para que no te den gato por liebre. Y es que los cerdos ibéricos de bellota son los más valorados, tanto por su sabor como por las propiedades de su carne. Pero, para que se alimenten al 100 % de bellotas durante su vida, el ganadero debe hacer una fuerte inversión y procurarles una dehesa en la que vivir. Y esto supone un gasto añadido.

No obstante, los cerdos ibéricos de cebo no requieren tamaña inversión (pese a que continúan siendo costosos), porque comen cebo en lugar de bellotas. Este cebo es pienso preparado por el hombre, que si bien es de alta calidad, no termina de aportar los mismos valores que las bellotas. Y es justo eso lo que nosotros, como consumidores, notamos al final.

Todo cerdo ibérico tiene buena calidad, indiscutiblemente, ¡pero no todos comen bellotas! Es algo que notarás en el sabor y en el aroma del jamón resultante.

El jamón ibérico es sólo para ocasiones especiales

Este falso mito es uno de los más preocupantes, porque… ¿Quién dice que el jamón ibérico solo se pueda consumir en momentos especiales? ¡Nada más lejos de la realidad! Lo suyo es que puedas disfrutarlo cada vez que quieras, ya sea por sí solo, en ensaladas, como acompañamiento de otros platos… Sí, se debe consumir con moderación, pero como sucede con prácticamente todos los alimentos.

Así que lánzate a disfrutar del jamón ibérico, ¡y habiendo desmantelado todos estos falsos mitos!