En el mundo de la gastronomía, hay combinaciones que trascienden la simpleza y elevan cada bocado a un nivel de sofisticación irresistible. La pizza, un lienzo culinario donde las posibilidades son infinitas, no se queda atrás en esta búsqueda de sabores excepcionales. Si eres un entusiasta de los ingredientes de calidad y los placeres gastronómicos refinados, te invitamos a embarcarte en un viaje culinario que te llevará a explorar la sinfonía de sabores de una pizza única en su tipo: la Pizza de Jamón Ibérico, Rúcula y Queso Parmesano.
En esta receta, la tradición italiana de la pizza se fusiona con la elegancia del jamón ibérico, la frescura de la rúcula y la intensidad del queso parmesano. Cada uno de estos ingredientes debe ser cuidadosamente seleccionado para proporcionar un equilibrio perfecto de sabores, texturas y aromas. Desde la base de la masa artesanal hasta el último toque de especias, esta pizza es una celebración de la creatividad culinaria y la búsqueda constante de experiencias gastronómicas excepcionales.
Prepárate para descubrir cómo cada elemento se entrelaza para crear una sinfonía de sabores en cada bocado. Esta receta no solo es una muestra de habilidad culinaria, sino también una oportunidad para disfrutar de la calidad y el lujo en la comodidad de tu hogar. Así que únete a nosotros en este viaje gastronómico y descubre la magia que se despliega cuando los ingredientes finos se combinan para crear una pizza que trasciende lo común.
Contenidos
Ingredientes
Para la masa
- 500 gr de Harina de fuerza
- 30 gr de levadura de panadería
- ½ cucharadita de sal
- 1 vaso de agua
- 1 dl de Aceite de Oliva
para la Pizza
- 50 g de puré o pasta de tomate
- 200 g de mozzarella
- 1 bolsa de Rúcula fresca
- 70 gr de jamón ibérico
- Queso parmesano
- Aceite al gusto
El Arte de Preparar la Masa
Comenzamos con la base misma de nuestra pizza: la masa. En un tazón generoso, disponemos la harina de fuerza, seguida de la levadura, el agua y un toque de aceite, en ese orden. Con un tenedor o con la mano, amalgamamos los ingredientes hasta que se integren de manera uniforme, dando origen a una masa que no se sienta excesivamente pegajosa. Hacemos de esta amalgama una bola y la reposamos en el tazón, que tapamos con un paño de cocina. El sitio ideal para este reposo es un rincón cálido, donde la magia de la fermentación comienza a actuar, y el mínimo tiempo de espera es de 30 minutos. Dicho esto, te recomendamos un reposo de no menos de 1 hora.
Paso a paso de nuestra pizza
- Ahora que hemos dejado reposar nuestra masa y ya la tenemos convenientemente estirada, añadimos un poco de pasta o puré de tomate (sin pasarnos) y después colocamos una generosa capa de mozzarella rallada, distribuida con cuidado y sin excesos.
- con el horno precalentado a 200º introducimos la base con el queso durante un período de 15 a 20 minutos, un rango que depende directamente del grosor de la masa.
- Finalmente, cuando sacamos la pizza del horno, es hora de añadir el toque maestro. La rúcula, fresca y vibrante, se extiende con gracia por toda la superficie, una capa de verdor que promete un contraste fascinante. El jamón serrano, en suculentas y finas lonchas, se convierte en el siguiente protagonista, elevando el perfil de sabor con su salinidad característica.
- Pero no terminamos aquí, pues para coronar nuestra pizza, presentamos las virutas de parmesano que, al desvanecerse sobre la pizza, aportan un regalo de textura y sabor. Solo faltaría añadir un chorrito de AOVE de calidad superior.
Un Banquete para los Sentidos
Este meticuloso proceso culmina en una pizza que trasciende lo ordinario, una que fusiona texturas, sabores y fragancias en una experiencia inolvidable. Desde la preparación paciente de la masa hasta la selección y disposición de los ingredientes, cada paso es un tributo a la creatividad culinaria y al placer de compartir momentos inolvidables alrededor de una mesa. Así que, con la guía adecuada, ¡deja volar tu creatividad y convierte tu cocina en una pizzería gourmet!