Fuet. Qué es y cuáles son sus características más importantes

3 May 2024

¿Quién no ha probado en alguna ocasión el fuet? Ese embutido tan emblemático de Cataluña, y cuyo sabor ha conseguido conquistar tantos paladares a lo largo de los años. Hoy queremos ahondar en este alimento, hablar de su origen, de cuáles son sus principales características y, además, las diferencias que hay entre este y otros embutidos como el salchichón o la longaniza. Sigue leyendo, porque la historia tras este alimento es apasionante en todos los sentidos. 

fuet cortado en lonchas

Qué es el fuet 

Si ya has probado el fuet en alguna ocasión, seguro que te viene a la cabeza su forma: un embutido alargado, seco, delgado y que casi nos pudiera recordar a un bastón. ¡Y seguro que recuerdas su sabor, tan característico y delicioso! Pero ¿qué es exactamente? El fuet está compuesto de carne de cerdo que se pica de forma delgada, y a la que se le añaden diferentes especias. Normalmente, encontramos pimienta negra, ajo… Pero depende un poco de la receta que se siga durante su fabricación. 

Una vez lista la mezcla, se embute dentro de una tripa natural y se cuelga para dejar que esta se cure. Es entonces cuando se produce la curación, y cuando adquiere ese sabor tan particular; se va secando al aire durante un largo periodo de tiempo. Este periodo es variable, puesto que depende tanto del fabricante como del método que se haya seguido en ese caso en particular. Normalmente, va desde unas cuantas semanas hasta unos meses. 

Como curiosidad, debes saber que fuet significa látigo en catalán; de ahí viene su nombre, de esa semejanza entre su forma física y un látigo.  

Origen de este embutido 

El fuet tiene sus raíces, como ya hemos señalado, en Cataluña. No se tiene una fecha exacta de cuándo comenzó a realizarse esta receta, pero sí se sabe que lleva siglos formando parte de la cultura gastronómica catalana.  

Los seres humanos descubrieron, hace ya milenios, que el añadir sal y otras especias a la carne cruda, se produce una fermentación de esas bacterias que están en la carne. De este modo, se consigue que se seque, y que aguante sin ponerse en mal estado durante mucho más tiempo. Así, podrían asegurarse de tener alimento durante un periodo más largo, y no se echaba a perder la carne. 

En este sentido, el origen de lo que hoy conocemos como fuet, estaría en la antigua Grecia e incluso en Roma, puesto que fue ahí donde se descubrió esta fermentación. Mas es cierto que fue en Cataluña donde tuvo origen la receta que actualmente conocemos. Para ser más concisos, el fuet siempre estará ligado a Vic, un municipio de Cataluña; fue ahí donde se comenzó a hablar de los embutidos típicos de esta comunidad, tanto del salchichón como del fuet. Y todo esto data de un documento del s. XIV, ¡así que no hablamos de algo reciente, ni mucho menos! De ahí que debamos valorar el fuet como lo que realmente es: un alimento delicioso y, además, un retazo de nuestra historia. 

Características 

Hay ciertas particularidades del fuet que lo distinguen por completo de otros embutidos. En primer lugar, su sabor es muy intenso y sabroso, puesto que se mezcla la intensidad de la carne de cerdo con las especias y condimentos que se usen en cada momento. Además, su textura es algo más tierna que otros embutidos, pese a que su exterior sea más seco. Gracias a esto, es fácil tanto de cortar como de disfruta a nivel gastronómico. 

varios cilindros de fuet catalán

No solo se caracteriza por tener un sabor único, sino también un aroma muy particular. Y esto siempre es un punto positivo cuando hablamos de comida, puesto que ambos sentidos se combinan para hacer que disfrutemos incluso más.  

Junto a todo esto, debes saber que hablamos de un alimento que es tan versátil como duradero. Su larga vida útil, gracias al proceso de curado y secado que conlleva, hace que sea un gran comodín que tener en la nevera. Eso y, por supuesto, la increíble cantidad de recetas en las que este puede aparecer, tanto como protagonista como a modo de acompañante. 

Por último, no podemos dejar de hablar de las propiedades del fuet. Y es que es una excelente fuente tanto de proteínas como de hierro, vitaminas y zinc. Es cierto que es un alimento bastante calórico, ¡pero también uno cuyo consumo esporádico es muy saludable!  

Tipos de fuet 

El fuet se puede presentar de formas muy variadas, cada una de ellas con su sabor y con su seña de identidad. Los tres más comunes son los siguientes: 

  • El fuet ibérico es uno de los más reconocidos por su calidad y por su intensidad y sabor. Se elabora a partir de carne de cerdo ibérico, además de las especias que se usen en cada una de las recetas. Y lo realmente importante de esta receta es su materia prima. 
  • El fuet a la pimienta es aquel cuyo sabor a pimienta (debido a los granos que se incorporan en la receta) es su principal cualidad. Su sabor es algo más picante y aromático, más complejo que otros fuets del mercado. Y, sin duda, una auténtica delicia. 
  • Por último, se ha popularizado mucho en estos últimos años el conocido como mini fuet. Es decir, una versión más pequeña del fuet tradicional. Su punto fuerte es que es fácil de llevar a cualquier parte como aperitivo, gracias al tamaño tan compacto que tiene. Y, pese a todo, continúa manteniendo su sabor y su textura. Una auténtica delicia en miniatura. 

mini fuets

Diferencia entre fuet y salchichón 

En ocasiones, hay quien confunde el fuet con otros embutidos. El primero de ellos es el salchichón que, si bien es cierto que tienen un origen similar y un proceso de curado parecido, ¡no es lo mismo! La textura del fuet es más firme, mientras que el salchichón suele ser bastante más jugoso. Además, las especias que se usan en las recetas son diferentes, algo que altera tanto el sabor como el aroma. Y, por último, tampoco la presentación es exactamente la misma: el fuet es alargado, mientras que el salchichón se presenta más corto y ancho. 

Diferencia entre fuet y longaniza 

¡Y también hay quien confunde el fuet y la longaniza! En este caso, también vemos un cambio en la forma, puesto que la longaniza suele ser más corta y gruesa. Sucede lo mismo con las especias: varían las que se eligen, las proporciones… Y, por último, la longaniza puede presentarse tanto fresca como semicurada, mientras que el fuet siempre sufre un proceso de secado completo. 

El fuet es un embutido, sí, pero también es una joya culinaria donde se aúna la maestría de siglos de tradición y un retazo de nuestra historia como país.