
La tirosina, los puntos blancos del jamón ibérico
La aparición de la tirosina aparece en animales que han llevado una dieta baja en sal, y por tanto, equilibrada, ¿lo sabías?
En muchas ocasiones se comenta que aparecen en los jamones que se han alimentado de un tipo de bellota, e incluso muchas personas creen que son granos de sal, claramente hay un gran desconocimiento de qué es realmente.
La tirosina se trata de uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas. Se forman en la fase de maduración del jamón y no tiene porque ser síntoma de calidad, puesto que entran en juego más factores, pero si que indica que el jamón ha pasado por una fase de curación lenta y artesanal.
Pero, ¿se puede comer? seguro que te lo habrás preguntado, la respuesta es que si. Es verdad que a veces pueden aparecer en un tamaño mayor, por lo que su dureza pueden notarse al masticar, pero no conllevan nunca a un problema sanitario, al contrario, tiene una serie de funciones y beneficios corporales.
- Ayuda en la producción de la melanina y adrenalina.
- Mejora la memoria.
- Favorece el crecimiento del cabello.
- Produce un efecto antiestrés, previniendo la ansiedad.
- Incrementa la concentración mental.
- Mejora el rendimiento muscular.
- Ayuda a conciliar el sueño.
En conclusión, la aparición de estos cristales en el jamón es el resultado de un proceso de curación lento, artesanal y natural que se produce en el interior de la pieza, pudiendo convertir un jamón crudo en uno de los mayores manjares de la gastronomía.