La aparición de la tirosina aparece en animales que han llevado una dieta baja en sal, y por tanto, equilibrada, ¿lo sabías?

En muchas ocasiones se comenta que aparecen en los jamones que se han alimentado de un tipo de bellota, e incluso muchas personas creen que son granos de sal, claramente hay un gran desconocimiento de qué es realmente.
Qué es la tirosina
La tirosina se trata de uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas. Se forman en la fase de maduración del jamón y no tiene porque ser síntoma de calidad, puesto que entran en juego más factores, pero si que indica que el jamón ha pasado por una fase de curación lenta y artesanal.
A medida que el jamón se seca y madura lentamente, se produce una reacción química conocida como proteólisis, que descompone las proteínas en aminoácidos más simples, entre ellos, la tirosina.
¿Se puede comer la tirosina?
Pero, ¿se puede comer? seguro que te lo habrás preguntado, la respuesta es sí. Es verdad que a veces pueden aparecer en un tamaño mayor, por lo que su dureza pueden notarse al masticar, pero no conllevan nunca a un problema sanitario, al contrario, tiene una serie de funciones y beneficios corporales.
En términos de sabor, la tirosina juega un papel importante en la percepción gustativa del jamón. Los cristales de tirosina tienen una textura crujiente y un sabor salado y ligeramente dulce. Al masticar el jamón, estos cristales se deshacen en la boca, liberando su sabor característico y aportando una experiencia gustativa única.
Beneficios
Además de su contribución al sabor, se ha sugerido que la tirosina también puede tener efectos beneficiosos para la salud. La tirosina es un precursor de la dopamina, un neurotransmisor que desempeña un papel crucial en la regulación del estado de ánimo y la función cognitiva. Al consumir alimentos ricos en tirosina, como el jamón, se proporciona al organismo un aminoácido necesario para la producción de dopamina.
- Ayuda en la producción de la melanina y adrenalina.
- Mejora la memoria.
- Favorece el crecimiento del cabello.
- Produce un efecto antiestrés, previniendo la ansiedad.
- Incrementa la concentración mental.
- Mejora el rendimiento muscular.
- Ayuda a conciliar el sueño.
En conclusión, la aparición de estos cristales en el jamón es el resultado de un proceso de curación lento, artesanal y natural que se produce en el interior de la pieza, pudiendo convertir un jamón crudo en uno de los mayores manjares de la gastronomía.
La próxima vez que disfrutes de un exquisito jamón curado, tómate un momento para apreciar la presencia de la tirosina y su contribución a la experiencia gastronómica.